Los años 60’s son muy
relevantes dentro del ámbito cultural mundial. Puesto que en esta década surgió
un gran movimiento tanto estético como musical que sirvió de inspiración a
millones de artistas posteriores. Londres fue la cuna de este movimiento y de
las últimas tendencias sociales. Comienza en esta década el concepto y la
actividad “irse de comprar” junto con el nuevo atuendo de moda: la minifalda. Carnaby
Street, calle londinense, se transforma en la protagonista de la moda británica
hasta alcanzar la fama que hoy en día posee. El diseño gráfico es otra de las
características de este movimiento. Surge el diseño pop, el color y los dibujos
con inspiración psicodélica. En cuanto a
música se refiere, los grupos musicales de moda son desde The Beatles hasta los
Rolling Stones, pasando por Pink Floyd, David Bowie, Bob Dylan y Jimmy Hendrix,
los cuales plasman en sus canciones letras basadas en la rebelión contra lo
establecido.

Todos estos puntos son
importantes a la hora de comprender el Free
Cinema, puesto que nace como consecuencia de este movimiento social pero en
el ámbito cinematográfico.
El Free Cinema surge como un descontento por parte de unos jóvenes
artistas cinematográficos ante el cine británico establecido y la
fabricación en serie de películas hollywoodienses. Lo que pretendían era
renovar las viejas estructuras del cine realizado hasta el momento. Se
caracteriza por la grabación de películas de ficción y documentales que
reflejaban la realidad social de la época. El Free Cinema viene influido por otro movimiento cinematográfico
rupturista nacido en Francia unos años atrás, la Nouvelle Vague.
Como crítica cinematográfica escrita de este
movimiento, cabe destacar la revista “Sequence”, de la cual Anderson (el
director de If…) es uno de los
creadores. El director de cine mantenía que “el
primer paso hacia la redención de un sistema de valores corrupto era contemplar
su destrucción”. Sus inicios como director son documentales que tratan esta
temática de rebelión,
aunque luego ya se centra en trabajos de ficción, como son los largometrajes.
Anderson rueda esta
película después de la rebelión estudiantil efectuada en el mayo francés de
1968, liderado por un grupo de estudiantes de izquierdas que protestaban
contra la sociedad de consumo, y
la expansión de dicho movimiento inconformista alrededor del mundo. Por lo que
cuenta con un referente muy reciente en el cual apoyarse para desenvolver la
película.
Por
otro lado, If... es la que nos presenta primeramente a Mick
Travis (Malcolm McDowell). Se trata de un joven de 16 años con amigos
adolescentes que comparten sus ideales “antisociales” dentro de un estricto
colegio mayor londinense, el College House. Mick y sus compañeros, cansados del
aburrimiento que sus maestros les proporcionan y del abuso de sus prefectos,
toman las armas para vengarse por todo lo que han tenido que sufrir en esa
institución, puesto que dichos prefectos son algunos de los personajes
secundarios endurecidos que encontramos en la película, pero todo el conjunto
educativo era semejante. Los mandatarios del colegio son quienes les imponen
horarios, inspecciones médicas, castigos duros y absurdos. También se
posicionan en contra del sexo y de las nuevas modas surgidas en la década de
1960, las cuales nos las presentan como algo prohibido para los jóvenes
estudiantes al analizar su cara de fascinación cuando las observan con sus
propios ojos.

Esta denuncia social
también puede observarse en otras decoraciones de los escenario, como el hecho
de que los estudiantes tengan recortes de revistas sobre la guerra, el CheGuevara o del cuadro el grito de Edvard Munich. Sin olvidarnos de la mención
que hacen a Guy Fawkes. Todo esto simboliza la revolución, puesto que Guy
Fawkes y Che Guevara son personajes conocidos por ello.

Podemos encontrar más desvinculaciones
con el cine convencional, como por ejemplo el final abierto o la ruptura de la
lógica narrativa que nos presenta la película. Con respecto al desenlace,
ignoramos cómo finalizará la última escena. Tampoco hay retorno a la realidad
tanto por extraños gags como el cadáver que habla en un archivador o la
secuencia del paseo de la profesora sin ninguna ropa que cubra su cuerpo
desnudo. Ambas podrían considerarse ficticias, puesto que no tienen ningún
significado coherente.

Por todos estos motivos, If… podría considerarse una sátira
perteneciente al género dramático.
En cuanto al análisis técnico, cabe
mencionar que la mayoría de las secuencias son grabadas en interiores, desde
amplios escenarios como son las escenas rodadas en la iglesia o en espacios
reducidos como la pequeña habitación en la que Mick y sus amigos se reúnen para
efectuar sus actividades de ocio, por así decirlo. Aunque también son
existentes los rodajes en exteriores, refiriéndonos a las secuencias donde se
desarrollan la acción militar o la fotografía general de la sangrienta escena
final. Como curiosidad técnica de este largometraje es oportuno señalar que
alterna el color con imágenes en blanco y negro porque el presupuesto para la
película de color se gastó antes que la cinta.
Finalmente ha de ser dicho que If… representa en sus 111 minutos gran
parte de las características del Free
Cinema. Por eso nos encontramos ante una de las obras más esenciales del
cine rupturista de los años 60, que ha marcado un cambio en la industria
cinematográfica dando paso a obras cuyo argumento y desarrollo tienen algún
significado connotativo para el público, ofreciéndonos alguna alternativa al
cine de Hollywood.
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