Nos enfrentamos aquí a uno de los
thrillers más revolucionarios del cine surcoreano. La definimos bajo este
género porque siempre hay que establecer unos parámetros argumentales, pero Oldboy pasa como un chasquido de dedos
de la comedia a los momentos más dramáticos. Tiene ya diez años de vida y se
trata de la segunda entrega de la trilogía de la venganza dirigida por Chan-wook Park (junto con Sympathy for Mr.Vengeance y Sympathy for LadyVengeance), sin ninguna relación entre ellas salvo el tema que da nombre a
la saga. Ha sido alabada por la crítica y obtenido grandes premios como el Gran Premio del Jurado en el Festival
de Cannes de 2004 y
el de Mejor Película del Festival de Cine de Sitges. Con todos
estos requisitos y apuntes parece ser un largometraje más que notable pero,
¿todos los que la han visto le concederían el sobresaliente en filmaffinity?
He aquí una humilde principiante a la
crítica audiovisual que le otorgaría mejor un notable alto. No es que rechace
la composición de todos los elementos que conforman esta grandísima obra, pues pese
a que la actuación de los actores deja mucho que desear, la puesta en escena y
la fotografía oscura son impecables, ya que usa una amplia paleta de colores y de texturas que nos recuerdan mucho a la novela
gráfica. Y este es el problema. El mérito argumental no es del guionista/director,
puesto que mucha gente desconoce que está basada en el comic manga de GaronTsuchiya y Nobuaki Minegishi, y pese a que existan pequeñas diferencias con la
película (por ejemplo el final, o que el protagonista pase prisionero diez años
en vez de quince), el eje argumental pertenecen a estos dos grandes creadores
japoneses del género.
Pensará usted que no debo sacarle
méritos a la forma en que Chan-wook llevó esta historia al cine. Y sí, tiene
razón. Única es la manera en que nos presenta a un personaje tremendamente
sicótico y perturbado al cual le otorga dosis de humor provocando que, en su
búsqueda de sed de venganza y realizando atrocidades como torturar a otros, nos
resulte entrañable. Única también es el tratamiento que el director hace sobre
el ser humano, cuan despiadados podemos llegar a ser, dejando los dilemas éticos y morales sepultados
por la ira incontenible.
El reflejo de la maldad y el desquicio de las personas que llega a ser
inaceptable y más que cruel. A esto es importante aclarar que al comienzo del
largometraje parece que se incluyen gran cantidad imágenes desagradables; pero
más que planos bruscos, la violencia viene implícita en las reacciones de los
personajes y en lo que no se llega a ver claramente.
Pero no solo el tratamiento de la ética que realiza el director consigue que sea una película única, sino la profundización en temas poco tratados cinematográficamente como la esquizofrenia o el incesto, e incluso el manejo del suspense y la psicología como lo hacía años atrás el gran Hitchcock.
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