Mi elección
para este primer trabajo de la asignatura ha sido Metrópolis, dirigida por Fritz Lang
y estrenada en 1927.
Me he decantado más por este film porque es considerado uno de los mejores
clásicos del cine expresionista alemán y por el hecho de que la UNESCO la ha
catalogado como Memoria del Mundo.
El cine se
dejó influir por el expresionismo tras la Primera Guerra Mundial. Si situamos
la película en la historia contemporánea alemana podemos llegar a entender su
argumento, puesto que es una clara representación de la depresión alemana tras
la Primera Guerra Mundial y el surgir del nazismo. La película refleja como la
población alemana tuvo que trabajar explotada para poder pagar las deudas de
guerra. Esta estructuración es fiel al expresionismo alemán de la época, ya que
refleja la situación de Alemania tras el tratado de Versalles: altas tasas de desempleo, los empleos que existían
explotaban a los obreros, deudas, inflación, etc. Como consecuencia de esta
situación, surge un líder que les promete un mundo mejor, como hace María. Así
surge el nacionalismo alemán y la sublevación que con ellos se llevó a cabo, al
igual que en Metrópolis.
Metrópolis presenta dos tipos de sociedades: la sociedad rica que vive en
una ciudad completamente futurista y moderna, en la cual vivir es un claro
ejemplo de privilegio y poder. En esta estructura metropolitana es donde
conocemos al empresario Sr. Fredersen y a su hijo, Freder. La otra sociedad
vive en el subsuelo, y únicamente se les permite salir a la superficie para dirigirse
a su lugar de trabajo, grandes máquinas situadas en el corazón de la Metrópolis. Son trabajos físicamente
demoledores cuya duración es de diez horas diarias. Esta caracterización viene
dada por La lucha de clases del
filósofo Karl Marx.
Las películas expresionistas
alemanas sobre todo se basan en los temas de leyendas y mitos, el hombre como
esclavo de un ser superior o la lucha del bien y del mal, entre otros. En el
caso de Metrópolis, y siguiendo el
análisis de La lucha de clases, se
podría destacar que el tema versa sobre el control del individuo inferior para
llevar a cabo las tareas que las personas poderosas quieren que realice, la
lucha entre lo justo y lo injusto, y la construcción de
seres inhumanos por parte de
científicos locos para convertir a la sociedad en una generación más robótica.
Otra
característica del expresionismo es el rechazo de la naturaleza. Este aspecto
es representado en la película con la imagen de una ciudad completamente
industrializada, en la cual el único reflejo de naturaleza es un pequeño parque
verde donde los jóvenes adinerados se divierten.
Pero si
analizamos el apartado técnico también vemos claros reflejos de la vanguardia
alemana. Hablando de su estructura podemos observar que se trata de un claro
ejemplo de expresionismo, puesto que otra característica de esta vanguardia es
la deformación de la realidad, el uso de de decorados completamente
distorsionados o incluso terroríficos. En el caso de Metrópolis se podría destacar escenarios excesivamente grandes en
el caso de la sociedad que vive en la Metrópolis, y garrafalmente oscuro y
tenebroso el subsuelo donde residen los obreros. Esta puesta en escena es el
claro ejemplo de lo que el director quiere transmitir. Estos escenarios están
llenos de líneas, y planos que no disponen de ningún sentido. Como cuando
Fredersen e hijo observan por la ventana la imagen de la ciudad, cuyas calles
se situaban entre edificios, dándonos a entender que las travesías están situadas
en el cielo, un plano completamente sin razón de ser.
El
expresionismo juega con la luz. La iluminación es una de las piezas claves de
este movimiento. En general, las películas expresionistas son oscuras,
tétricas, que intentan implantar miedo en el espectador. Fritz Lang emplea esta luz para condicionarnos, puesto que la ciudad es un escenario
completamente iluminado. Por el contrario, las fábricas y los fosos por los que
se mueven los obreros son sombríos y atroces. El director también juega con la
iluminación en la persecución por parte de Rotwang hacia María, por los
pasillos subterráneos. En dicha escena los lugares son completamente oscuros y
la iluminación viene dada por un foco que el propio Rotwang posee.
Fritz Lang
también emplea el uso de sombras, aunque no es excesivamente peculiar en este
film como sí en otros como Nosferatu,
ya que se trata de otra gran característica de esta vanguardia.
En dichos
escenarios también se podría destacar el predominio de las escaleras, como
símbolo de ascenso a algún lugar, ya sea el infierno, como ve el joven Freder
cuando la máquina se colapsa, o en el caso del gobernador que manda construir
la torre de Babel y se consideraría un ascenso al poder.
Otro punto del
expresionismo es el uso de vestuarios recargados y una fuerte utilización del
maquillaje. Este tipo de visión vanguardista de las vestimentas no es muy
destacada en Metrópolis, pero sí
emplean trajes oscuros para la clase obrera y un atuendo ostentoso en el caso
del científico loco. Por lo que el director abusa del maquillaje. Se colorean
los rostros de manera más pálida, destacando los ojos y labios con colores más
oscuros. Pero también es digno de mención que la interpretación en el cine
expresionista muestra una expresión radical de las emociones humanas, lo cual
sirve de ayuda para reflejar mejor este movimiento vanguardista.
El tema político-social,
ya mencionado, no es el único tratado en la película, puesto que también que ve
reflejada la cultura religiosa con la presentación de un personaje, María, que
representa la bondad con una cara perfectamente angelical y que, mediante
historias mitológicas, pretende infundir un sentimiento de esperanza a sus
compañeros obreros: el mediador entre el
cerebro y las manos ha de ser el corazón (María, Metrópolis).
María promete la llegada
de un mediador (El Mesías bíblico. Freder) que establecerá la conexión entre el cerebro (Sr. Fredersen) y las manos (la clase
obrera) para conseguir una vida más justa y noble para todos, puesto que el
hecho de ser trabajador en las fábricas era una deshonra para el mundo. Esta
adaptación debe ser analizada tanto en el ámbito religioso como en el político,
puesto que refleja, como ya se ha remarcado, la sociedad alemana de la
posguerra, y la promesa de una vida mejor por parte de los partidos nacionales
alemanes tras la dura vida en los sistemas laborales.
María cita a
los obreros para sus oraciones en un lugar oscuro plagado de crucifijos y con
una pequeña plataforma superior de tierra en la cual el orador se sitúa, de la
misma manera que lo hacían los antiguos cristianos hace dos mil años.
Sin embargo
los personajes de María y Freder no son las únicas adaptaciones bíblicas, ya
que el álter ego de María (la máquina a la cual el Dr. Rotwang le proporciona
el físico de la protagonista) es la representación del mal, de los siete
pecados capitales, que pretende corromper a los obreros. Y cuyo final trágico
en la hoguera es puramente religiosa, puesto que la quema por las llamas de
personas consideradas malignas por parte de los cristianos es una acción
llevada a cabo durante miles de años en nuestra cultura.
Estas
temáticas y estructuras no solo vienen dadas en el expresionismo alemán, puesto
que sirvieron de inspiración al cine posterior. Muchos directores han empleado
el tema de la política empresarial (Tiempos modernos), así como la estructura de las ciudades y su visión futurista
(los decorados y el estilo de Blade Runner es una adaptación prácticamente igual, El hombre bicentenario, etc.).
En definitiva,
y pese a que Metrópolis es una
película vanguardista de los años veinte, podemos aclara que su temática no es
estrictamente característica de esa época. La metáfora expresionista de la
explotación obrera todavía podría interpretarse como válida en nuestros días.
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